Homefront empezó como un humilde shooter que copiaba sin demasiada vergüenza títulos como CoD. Fusilaba varios elementos de su modo campaña para ofrecernos una experiencia lineal y narrativa. Sin embargo, logró aportar su propio toque característico y no dejó indiferente a nadie.
El título mostraba unos EEUU invadidos por Corea y no escatimó en escenas crueles y crudas. Aunque quizá, su tono duro y atrevido fue lo único que nos atrajo de un juego que, al final del día, no aportaba lo suficiente como para brillar con luz propia.
Ahora, años después, aparece un reboot de dicho título, reutilizando el recurso de la Corea invasora pero esta vez poniéndonos en escenarios abiertos y explorables. Cabe decir que la impresión que da sigue siendo de algo ya visto, por ejemplo, en Far Cry o en cualquier sandbox en el que haya que conquistar zonas, pero también es justo decir que está muy bien realizado y que invita a seguir.
Las tareas a realizar no dejan de ser la vistas una y mil veces. Salva un civil, rompe un altavoz de propaganda, encuentra un objeto, invade una base... en fin, que no inventa la rueda ni mucho menos, pero, como siempre, mejorar engancha y The Revolution introduce un sistema de mejoras que, sin ser extremadamente innovador, permite personalizar nuestras armas con bastante libertad.
Homefront cuenta además, con un apartado gráfico que quita el hipo. Mientras jugaba saqué algunas fotos de los primeros escenarios y daban para fondo de pantalla casi todas. Se nota que se ha utilizado bien el Cry Engine y, dado que es un juego en el que hay que explorar y recorrer bien los escenarios, mejor si están recreados con mimo.
Homefront The Revolution es un título que hace mejor su trabajo que su predecesor, sin duda. No llega a ser el título perfecto ni mucho menos, y quizá te olvides de él en cuanto lo termines, pero de momento, a mi me está gustando lo suficiente.
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